Defenderemos nuestra tierra con todas las fuerzas”
Putin proclama la anexión de los cuatro territorios ocupados ilegalmente en Ucrania: “Defenderemos nuestra tierra con todas las fuerzas”
El presidente ruso descarta
considerar la devolución de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón en una
eventual negociación de paz
Putin proclama la anexión de los territorios ucranios
ocupados
El presidente ruso, Vladímir Putin (en el
centro), junto a los líderes impuestos por el Kremlin en las provincias de
Jersón, Vladímir Saldo, Zaporiyia, Yevgeni Balitski, Donetsk, Denis Pushilin, y
Lugansk, Leonid Pasechnik, este viernes en Moscú.Foto: KREMLIN (REUTERS) | Vídeo: EPV
Moscú - 30 SEPT 2022 - 09:03Actualizado:30 SEPT 2022 - 12:39 GMT-4
El presidente de
Rusia, Vladímir Putin, ha abierto una nueva fase en la ofensiva en
Ucrania al proclamar la anexión de las cuatro
provincias que ha ocupado ilegalmente. Con su incorporación de una parte de Ucrania, equivalente al 15%
del territorio de la antigua república soviética, Putin ha volado los puentes a
una paz inmediata. Tras los pseudorreferendos celebrados en los territorios
ocupados para justificar la anexión, el mandatario ha exigido a Kiev “un alto
el fuego inmediato y el regreso a la mesa de negociaciones”, aunque ya ha
adelantado: “Rusia no abordará en las conversaciones la devolución de Donetsk,
Lugansk, Jersón y Zaporiyia”. Lo único que ofrece a cambio el Kremlin es la
intención de no emplear sus armas más
destructivas en esa batalla.
“Defenderemos nuestra
tierra con todas las fuerzas y medios a nuestro alcance y haremos todo lo
posible para garantizar la seguridad de nuestra gente. Esta es la gran misión
liberadora de nuestro pueblo”, afirmó Putin ante los aplausos de los altos
cargos del régimen. La confirmación de esa adhesión de territorios ucranios, ya
anticipada en los últimos días, ha recibido la condena casi inmediata de la
Unión Europea y de Estados Unidos. El movimiento llega apenas unos días después
de que la contraofensiva ucrania lanzada en el este del país, el mayor vuelco
que ha dado la guerra desde la invasión del 24 de febrero, haya acentuado las
debilidades de la estrategia rusa.
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Es la segunda vez que
Putin anuncia, con tono grandilocuente, una anexión de territorio ante su
Gobierno y sus parlamentarios en la sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin. Ya lo hizo el 18 de marzo
de 2014 en un discurso más
largo, de casi 50 minutos, cuando la incorporación de Crimea abrió la puerta a
la guerra de Donbás.
La anexión de Putin
coincide con la posible caída inminente de Liman, un nudo ferroviario
estratégico para el Ejército ruso situado en la región de Donetsk. Horas antes
de la intervención de Putin, su portavoz, Dmitri Peskov, confirmó a la prensa
que intentarán controlar al menos las dos provincias en guerra desde 2014. “Las
repúblicas populares de Donetsk y Lugansk son reconocidas por la Federación
Rusa dentro de las fronteras de 2014. En cuanto a los territorios de Jersón y
Zaporiyia, aún hay que aclararlo”, deslizó el portavoz respecto a esas dos
zonas que el Kremlin solo domina parcialmente.
Las autoridades impuestas
por el Kremlin en los territorios que controla culminaron el martes sus
pseudorreferendos de anexión a Rusia. Para dotar de formalidad a un proceso que
no reconocen ni los principales aliados de Rusia (China, la India, Kazajistán o
Serbia), Putin firmó en la víspera de esta ceremonia el reconocimiento de
independencia de Jersón y Zaporiyia, pese a que sus autoridades son una administración
militar impuesta por él mismo. El mandatario ruso se mostró convencido este
viernes de que los tratados de anexión serán ratificados por la Duma Estatal y
el Consejo de la Federación el próximo lunes y martes.
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En esta ocasión, Putin ha
lamentado incluso la existencia independiente de Bielorrusia y Ucrania. “En
1991, en los bosques de Belavezha, las élites de entonces [los Gobiernos de
Moscú, Minsk y Kiev] decidieron disolver la URSS sin contar con la voluntad de
sus ciudadanos y la gente se vio de pronto aislada de su patria. Esto desmembró
a nuestra comunidad, se convirtió en una catástrofe nacional”, dijo el
mandatario.
El presidente ruso
también advirtió de que su país ha emprendido una lucha histórica. “La
destrucción de la hegemonía occidental que ha comenzado es irreversible. Nada
será como antes. El campo de batalla al que nos ha llamado el destino y la
historia es el campo de batalla de nuestro pueblo, por una gran Rusia histórica”,
advirtió.
Vladimir Putin se dirige
a los asistentes al acto que marca la anexión de los territorios ucranios
ocupados, este viernes en la Plaza Roja de Moscú.ALEXANDER NEMENOV
(AFP)
Putin afirmó luchar
contra el “neoliberalismo” y “la negación de las dictaduras occidentales del
ser humano, de su derrocamiento de la fe y de los valores tradicionales”. Putin
aseguró que la promoción de la cultura occidental en su país es una forma de
racismo, y añadió que esos valores “no tienen las características de una
religión sino del satanismo absoluto”.
“Hoy luchamos para que a
nadie le llegue a la cabeza que Rusia, nuestro pueblo, nuestra lengua, nuestra
cultura, pueden ser arrebatados y borrados de la historia. Hoy necesitamos la
consolidación de toda la sociedad”, afirmó.
Amenaza de armas nucleares y nuevos sabotajes
Putin hizo hincapié
durante su intervención en que Estados Unidos, nación con la que quiere
situarse a la par como potencia mundial, “es el único país del mundo que ha
usado dos veces armas atómicas”. “Y por cierto, crearon un precedente”, añadió.
El jefe del Kremlin
también acusó a los estadounidenses de las explosiones ocurridas en los
gasoductos Nord Stream 1 y 2 esta semana. “Las sanciones no han sido
suficientes para los anglosajones, han comenzado a realizar un sabotaje
increíble”, afirmó antes de resaltar que la destrucción de la infraestructura
energética europea “ha comenzado”.
El presidente ruso
intentó también sembrar la discordia al comparar las anexiones de Ucrania con
las bases que EE UU tiene en territorio de sus socios. “Los llama cínicamente
aliados iguales. Es interesante qué tipo de alianza es esta”, añadió antes de
recordar que la CIA espió el teléfono de la excanciller alemana Angela Merkel.
La respuesta de Occidente
a un ataque nuclear ruso contra Ucrania es una incógnita. Según varias fuentes
del ejército y de la inteligencia estadounidenses citadas por el
semanario Newsweek, en la Administración Biden no tienen
decidido si esta respuesta sería con otras armas nucleares o con un ataque
masivo de armas convencionales.
Pese a la beligerancia
del discurso y las alusiones a la confrontación nuclear, la portavoz del
Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, anunció un día antes de la
comparecencia de Putin que Washington y el Kremlin habían reanudado los
contactos para volver a aplicar el mecanismo de control del tratado START III
para vigilar sus arsenales nucleares.
Dmitri Stefanóvich,
miembro del Consejo Ruso para Asuntos Exteriores, considera que el discurso de
Putin estuvo en línea con lo esperado. “Dudo mucho que Rusia vaya a utilizar
armas nucleares en esta situación. Otra cosa sería si los tanques de la OTAN
amenazan Smolensk”, agrega el experto, quien subraya que la anexión del terreno
ucranio “no supone en cualquier caso una amenaza para el Estado” y existen
otras opciones sobre la mesa. “No hay ninguna duda de que lo que ocurre es una
tragedia para la población civil, pero podría empeorar sin que Rusia incumpla
las convenciones internacionales al atacar estructuras que apoyan a las fuerzas
armadas, como centrales eléctricas o nudos ferroviarios”, apunta.
En opinión de Nikolái
Sókov, analista del Centro de Viena para el desarme y la no proliferación y
miembro de las negociaciones de los tratados Start I y II, “la probabilidad de
una acción nuclear contra Ucrania es muy baja (y digo esto porque hoy nada es
imposible)”. “Todo su discurso nuclear, tanto al comienzo de la guerra como
ahora, ha estado dirigido a EE UU y la OTAN, no mencionó a Ucrania ni una sola
vez”, agrega el analista, por lo que considera que este escenario solo sería
factible “en el caso de que la Alianza Atlántica se involucre directamente en
la guerra”.
Para proteger sus
conquistas, Putin decretó la semana pasada
una movilización para ir al frente que ha provocado conmoción en la sociedad rusa. Una
encuesta del centro de estudios sociológicos Levada hecha tras la orden del
Kremlin recoge que un 47% de los rusos ha experimentado ansiedad con la medida
y un 23% reconocía estar en shock. Esto ha provocado que el
porcentaje de gente a la que “le preocupa mucho el conflicto de Ucrania” se
haya disparado del 37% en agosto al 56% en septiembre.
A continuación del
discurso de Putin, el Gobierno organizó un acto de masas en la plaza Roja para
dar la bienvenida a los territorios anexionados. Sin embargo, algunos de los
presentes acudieron forzados. “Nos han llamado a todos en la oficina para estar
allí presentes”, cuenta a este periódico una mujer que trabaja en una empresa
vinculada al comercio internacional y prefiere el anonimato. “Claro que no”,
responde al preguntarle si puede negarse.
“¡Habrá victoria! ¡Por
nosotros!”, clamó Putin sobre el escenario rodeado de los cuatro jefes títeres
de los territorios de Ucrania. El presidente ruso pidió al público que clamara
“¡Hurra!”, aunque la reacción de la gente fue mucho más fría que ocho años
antes, cuando Rusia se anexionó Crimea. Muchos de los asistentes no se unieron
al coro.
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